Entrevista a Quim y M. Angel Silvestre en XL Semanal
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Ver desnudarse a Miguel Ángel Silvestre y Quim
Gutiérrez debe de ser el sueño de miles de jóvenes... y no tan jóvenes.
Pero la naturalidad con que lo hacen mientras se visten para la sesión
de fotos da idea de lo poco conscientes que son de las pasiones que
levantan.
Miguel Ángel hasta parece tímido ante la
cámara. Quim se atusa la barba que lleva por imposiciones del guion y,
sacudiendo un poco la cabeza, se da por peinado. Quim y Miguel Ángel
trabajan por primera vez juntos en una película, Todo es silencio,
que se estrena el 17 de noviembre. El narcotráfico en Galicia como
telón de fondo para una historia de dos amigos de la infancia con chica
de por medio [la actriz Celia Freijeiro] a los que el destino acaba
enfrentando. Y no solo por la chica.
«Tenemos la misma edad, pero
Quim parece mi hermano mayor -dice Silvestre-. Es mucho más responsable
que yo. Incluso diría que bastante más maduro. En el rodaje, siempre he
sentido que cuidaba de mí. Fue muy generoso. Muy... cariñoso».
Silvestre se ríe -lo hace mucho- con una carcajada generosa y una
sonrisa involuntariamente seductora, buscando la complicidad de Quim,
que, al escuchar hablar de él, mira al suelo. Están sentados frente a
frente tras la sesión de fotos y comen unos sándwiches. La hora de la
cena ha pasado hace un rato. Para ser precisos, Quim tiene un año más
que Silvestre, 31 y 30, respectivamente, y es cierto que da la sensación
de tener una actitud más reflexiva. «Tenemos algo común a la hora de
trabajar -continúa Quim-: buscar verdad por encima de todo. Encontrar
algo de alma, de conexión... dar lo mejor de nosotros mismos. Pensar
siempre: '¡Esto lo podemos hacer mejor, tío!'».
LAS DROGAS Y EL NARCOTRÁFICO. Así,
dicen, abordaron en Galicia el rodaje que les permitió conocer mejor
una parte del país que apenas conocían. Especialmente a Silvestre,
porque su personaje -un lanchero que transporta droga- requería un mayor
conocimiento del medio y porque, como dice él, «soy cabezón y me
preparo mucho el personaje». Fue a Arosa a conocer a 'viejas glorias'
del narcotráfico. «Tuve la suerte de poder hablar con lancheros que
empezaron en la pesca, luego pasaron al contrabando de tabaco y, cuando
vino el narco..., fue más grande que ellos. Muchos se dieron cuenta de
lo que estaban haciendo cuando ya estaban en la cárcel. Hablé con un tío
que estuvo 11 años en prisión, que es mucho tiempo para pensar, y me
decía: 'Es que yo no sé a qué me hubiera dedicado si hubiera nacido en
Castellón o Madrid. Vino todo tan rápido... todos éramos cómplices de
algo'». Silvestre, metido ya en su personaje, le planteó al director
-José Luis Cuerda -ciertas propuestas expresivas y físicas «un poco
arriesgadas», admite. «'A ver, Miguel Ángel -me dijo Cuerda-. Alfredo
Landa intentó convencerme de hacer El bosque animado en falsete porque
decía que la gente se iba a reír más; bueno, pues no la hizo en falsete.
Así que, si él no lo hizo, olvídate de coger diez kilos y dejarte barba
de tres meses', que era lo que yo quería». Ambos actores se ríen
recordando anécdotas del rodaje con Cuerda, «todo un personaje» y «mucho
más moderno que nosotros». Tampoco es que la película rentabilice el
atractivo de Silvestre... ni el de Quim. «Es que retrata una época fea,
los ochenta españoles son una época... ¡y son los ochenta en Galicia!».
EL AMOR Y LA FAMA. La
película habla de dos hombres enamorados de la misma mujer, lo que nos
permite adentrarnos en las relaciones personales. Eso sí, sin
preguntarle a Silvestre por su novia, la actriz Blanca Suárez, pareja
que se ha convertido en habitual de la prensa del corazón, muy a su
pesar. «Es cuestión de encajarlo. Cuando aprendes a relativizar lo que
te sucede, terminas llevándolo con naturalidad. A lo que me niego es a
no poder llevar una vida normal». No es el caso de Quim: «¡Nada que ver!
Siento mucha solidaridad por lo que sufre él porque yo lo pasaría muy
mal». Y eso que él empezó a los 12 años en una serie de la televisión
catalana. ¿'Mola' a esa edad ser el famoso del cole? «Es extraño. Se
producen situaciones surrealistas. Estás calentando con tu equipo de
baloncesto mirando a los del otro equipo, que en ese momento son tu
mayor enemigo, ¡y las madres del equipo contrario vienen a pedirte
autógrafos! Pero por cada chica de 12 años que grita tu nombre hay un
chico de 17 que se mete contigo... no es que 'mole'».
EL PROCESO Y LOS MASAJES. Quim
dejó la interpretación unos años para estudiar Humanidades, pero lo
compaginó con cursos de interpretación. Y le tiró más lo de actuar.
Siguió con otra serie en la televisión catalana, hasta que en 2007 ganó
el Goya al mejor actor revelación con Azuloscurocasinegro, de Daniel Sánchez Arévalo. Convertido en su actor fetiche -por echarle glamour a lo de actor-amigo-, repitieron en Primos,
convirtiéndose en un dúo 'cómico-trágico' de probado éxito. Miguel
Ángel iba para tenista profesional, pero una lesión en el hombro lo
obligó a buscar otros caminos. Primero estudio Fisioterapia, la
profesión de su padre -sí, da masajes, y algunos compañeros de profesión
dan fe de que es bueno-. Sus posibilidades como modelo las vio después
de ganar el concurso de Mister Castellón con 18 años. De ahí a actuar
había un paso. Hizo varios papeles en teatro y cine hasta que en 2005
interpretó a un boxeador en la película La distancia y ganó
varios premios. Pero cuando su vida dio un giro radical fue en 2007.
Entonces se 'encarnó' en Rafael Duque, un narcotraficante con corazón,
en Sin tetas no hay paraíso. Y fue el delirio.
EL CINE Y LA AUTOCRÍTICA.
«El cine ha hecho mucho daño a las relaciones personales -dice Quim-.
Muchas veces valoramos nuestras relaciones cinematográficamente. Y nos
equivocamos. ¿Qué es eso de '¡Oh, nunca podrá superarlo!'? No, hijo,
nadie se muere por una ruptura amorosa. A la hora de tomar decisiones de
pareja, ¡evita el cine!».
Pero solo para eso. No está el cine
para perder público.«Siempre me debato entre ser más autocrítico o ser
menos...», reflexiona Quim cuando le preguntamos por el cine español.
«Pero es que se están haciendo muchas cosas muy bien. Es verdad que se
han hecho algunas cosas muy mal, pero se hacen productos cojonudos».
Miguel Ángel incide en lo mismo, en que siempre nos fijamos en lo malo.
«No termina de haber respeto para nuestro cine. ¡Si ya es difícil
encontrar un hueco para estrenar! Es que, si ese fin de semana se
estrenan Los Vengadores, no hay forma de competir». Quim amplia
el enfoque: «La cultura está en crisis en España después de cuarenta
años de dictadura. Venimos de un lastre cultural terrible. Si se la
perjudica todavía más, no es una crisis, es una debacle absoluta. Creo
que el futuro de un país se construye a partir del acceso a la cultura y
de los medios para poder desarrollarla. Vamos en la dirección
equivocada».
LA CRISIS Y LAS SOLUCIONES. Quim y Silvestre se confiesan «indignados». «La película más terrorífica que he visto nunca es Inside job
-dice Quim-. Es terrorífico que la misma gente que provocó todo esto
siga en puestos iguales o superiores». Admiten no tener una solución,
pero reivindican el derecho al pataleo. «Somos muchos los que queremos
cambiar algo y no nos escuchan -dice Silvestre-. Queremos tener voz,
participar, ¿por qué no podemos decirlo?». Quim es más escéptico sobre
la utilidad de las manifestaciones. «Sirven para expresar un
descontento, no para conseguir un cambio. Son como el vapor de la olla a
presión. Creo que un cambio estructural es imposible. Soy muy
pesimista». Y añade: «Mira, yo he dejado de ver el telediario. No tiene
sentido estar todo el día 'infectado' por noticias que solo repiten lo
que ya sabes. Tengo el gran privilegio de estar trabajando y hacerlo en
algo que me gusta y me pagan bien... me niego a que desde fuera me
dicten el estado emocional que debo tener. Y con el cine me pasa lo
mismo. Lo que se debe hacer cuando llegas al set es adoptar la mejor
actitud que puedas con todo el equipo y currar como un animal. La única
forma de salir de esto es con una actitud positiva, y eso sí lo puedes
decidir tú».
MIGUEL ÁNGEL, en breve
Nació en Castellón en 1982. Tras el éxito abrumador de Sin tetas... 'desapareció' una temporada, pero no descarta volver a la tele. Es ya un 'chico Almodóvar' tras rodas este verano Los amantes pasajeros.
¿Cuál es el primer recuerdo de tu infancia? Una pelota de tenis.
¿El consejo de tus padres que más recuerdas? «Miguel Ángel, por favor, céntrate». Me lo siguen diciendo.
¿Qué consejo darías tú a tus amigos? Que se cuiden.
¿Qué libro o lectura te ha marcado más? Kafka en la orilla, de Murakami.
¿Qué es lo que haces mejor?[Va a responder, se detiene y se ríe a carcajadas]. Déjalo en la paella. La receta de mi abuela
El personaje al que más admiras.Sam Cooke y Martin Luther King. Por experiencias recientes.
Personaje al que detestas. Hoy en día hay mucho donde elegir, es difícil quedarse con uno.
¿A qué tienes miedo? Al miedo.
¿Un lugar para escapar? Mi casa de Castellón.
¿Un defecto propio? Ser un desastre. Soy muy desordenado.
El defecto ajeno que más detestas.El abuso de poder.
¿Qué
te disgusta más de tu apariencia? Estoy empezando a aceptarme, aunque
suene raro. Aquello que me disgustaba empiezo a aceptarlo.
¿Dónde y
cuándo has sido más feliz? Creo que en la residencia donde vivía cuando
jugaba al tenis en Barcelona entre los 13 y los 19 años. Esa etapa
donde todo va bien siempre.
QUIM, en breve
Nació
en Barcelona en 1981. Protagonizó una serie en TV3 con 12 años y ganó
un Goya con 24. Está rodando Los últimos días, una historia
posapocalíptica de David y Álex Pastor.
¿Cuál es el primer
recuerdo de tu infancia? La bañera del baño de mis padres tenía un suelo
como de corcho y me acuerdo del tono verde bata de médico de la bañera y
de estar con mi hermano dentro de ella.
¿El consejo de tus padres
que más recuerdas? De mi madre: «Ante la duda de si debes repensar
algo, no lo hagas [yo pienso mucho las cosas]. Piensa menos». De mi
padre: «Si me vas a escribir un SMS de más de tres palabras, llámame».
¿Qué consejo das tú a tus amigos? La búsqueda pertinaz de disfrutar el proceso.
¿Qué libro o lectura te ha marcado más? Me flipa Michel Houellebecq. El último que leí fue Las partículas elementales.
¿Qué
es lo que haces mejor? Disfrutar locamente las pequeñas cosas.
Personaje
al que más admiras. Murakami, el escritor. Por empezar la profesión que
lo ha hecho célebre a partir de los 30 y, además, empezó a correr
maratones. Me parece admirable la gente que da un giro a su carrera.
Personaje
al que detestas. A aquel político sin inteligencia suficiente para
disimular su falta de capacidad de retórica. Como político tienes que
tener retórica y, si no, rodéate de gente que te obligue a que no se te
note.
¿A qué tienes miedo? A perder la ilusión.
¿Un lugar para escapar? La isla Graciosa. Al norte de Lanzarote. Supertranquilo, es una caña... No interesa promocionarlo.
¿Un defecto propio? La autoexigencia.
¿El defecto ajeno que más detestas? La falta de profesionalidad.
¿Qué te disgusta más de tu apariencia? Mis uñas. Se me despegan de los nervios. No me las he mordido jamás.
¿Dónde
y cuándo has sido más feliz? He sido muy feliz recientemente con mi
familia. Pasamos unos días juntos en Tamarit, al norte de Tarragona.
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